Investigaciones realizadas en Chile, sobre el correcto uso de bloqueadores solares, han podido comprobar su utilidad para enfrentar los riesgos de un estrés hídrico frente a las altas temperaturas del verano.
Su aplicación debe ser realizada inmediatamente después de cosecha, y repetirse 25 a 30 días después para evitar que las altas temperaturas de enero y febrero afecten su correcto desarrollo.